La lubricación del turbo, uno de los aspectos más críticos para su correcto funcionamiento.


Garantiza así la lubricación del turbo y asegura su funcionamiento

En la mayoría de los diseños del turbo, el flujo de lubricante por el interior del turbo genera una película hidrodinámica fina en torno al eje y los cojinetes por donde se desliza el eje rotatorio. La función principal del lubricante es facilitar la rotación y eliminar posibles fricciones. Además, al fluir por los elementos, el aceite hace que se enfríen y extrae el calor que se genera a altas velocidades y que se desprende de los gases de escape a alta temperatura.

Uno de los aspectos más críticos para el funcionamiento del turbo es la lubricación, que debe ser adecuada. Una lubricación inadecuada ocasionará fallos graves de forma inmediata, cuyas consecuencias serán la avería irreparable del turbo y un funcionamiento anómalo del motor.

Problema

El conducto de suministro de aceite del turbo es la zona en la que normalmente pueden producirse restricciones. Su diámetro relativamente reducido facilita que se formen atascos en su interior, sobre todo cuando el conducto se encuentra cerca de fuentes de calor, como el escape, que pueden hacer que el aceite se carbonice en su interior.

El tubo de retorno tiene un diámetro mucho mayor y, por tanto, es más difícil que se obstruya. Aquí, el aceite regresa desde el turbo por acción de la gravedad y no se encuentra a presión. La obstrucción del conducto puede causar la sobrepresión de aceite dentro del turbo y hacer que exploten las juntas del segmento del pistón. Los niveles de presión elevados en el cárter del motor también pueden dificultar el retorno del aceite por acción de la gravedad a través del conducto correspondiente.

La degradación del lubricante es otro factor importante. El mecanismo del eje y los cojinetes del turbo es preciso y muy sensible a las impurezas del aceite. Los intervalos de cambio de aceite largos, el recalentamiento y una filtración deficiente pueden menoscabar las características del lubricante y exponer el turbo al fallo prematuro.

Solución recomendada

Asegúrese de que el sistema de lubricación del motor se encuentre en las condiciones óptimas y que el aceite se distribuya libremente por todos los componentes del motor (de manera específica, que entra y sale del turbo). Asimismo, asegúrese de aplicar el tipo de aceite adecuado al motor en la cantidad correcta. Respete los intervalos de cambio de aceite o cambie el aceite con más frecuencia.

Prevención de fallos de lubricación del turbo

Tenga en cuenta los siguientes consejos cuando solucione problemas y cuando sustituya el turbo.

La circulación de aceite sin restricciones por el turbo (entrada/salida) es crítica, por lo que debe asegurarse de que la presión de suministro de aceite sea correcta y no se obstaculice el retorno del aceite.
Limpie los conductos de suministro/retorno de aceite o, si lo prefiere, sustitúyalos. Si opta por la limpieza, los conductos deberán estar exentos de cualquier forma de restricción, especialmente carbón o lodo.
No utilice nunca juntas líquidas o retenes de silicio para sellar los conductos de aceite.
Cambie el aceite y el filtro de aceite cuando instale un turbocompresor nuevo.
Cebe el turbocompresor de repuesto con aceite antes de instalarlo.
Cuando detecte una degradación excesiva del aceite o la presencia de lodo en el sistema, purgue el motor.
Fallos habituales de lubricación de turbo

Lubricación insuficiente: rotura del eje ocasionada por una falta de lubricación. La elevada velocidad de rotación y las fricciones en el interior de los componentes móviles han hecho que la temperatura aumente de manera exagerada y que el eje se caliente, se gripe y se rompa.
Lubricación insuficiente: la superficie del eje del turbo está negra y carbonizada. Un suministro de aceite insuficiente ha ocasionado el recalentamiento en un primer momento, lo que ha provocado el cambio de color del acero. El color entre azulado y amarillento es una coloración por calentamiento debida al sobrecalentamiento del eje de acero. A continuación, el aceite restante empezará a carbonizarse en la superficie, provocando la sinterización del negro.
Lubricación insuficiente: aceite carbonizado en el cojinete de empuje; fallo debido a una lubricación insuficiente que ha provocado el sobrecalentamiento.
Contaminación de aceite: las ranuras claramente visibles en la superficie del cojinete de deslizamiento se deben a roces y a una abrasión excesiva del material provocada por las impurezas del aceite. A pesar de la presencia de aceite, el eje de este turbo se gripa.
Alteración del suministro de aceite: deformación del conducto de suministro de aceite causada por una instalación negligente. El conducto es estanco, pero la deformación ha causado la falta de aceite en el suministro de lubricante al turbo.
Alteración del suministro de aceite: la contaminación desmesurada del aceite (lodo/carbonización) ha provocado restricciones del conducto de alimentación de aceite visibles en el tornillo hueco.

Fuente: La Comunidad del Taller.


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